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Drogas ilegales

Marihuana y hachís

A pesar de su efecto general relativo, los efectos psicoactivos de la marihuana en el usuario son muy variados, dependiendo sobre todo de la personalidad del consumidor, sus expectativas y del ambiente en el que esté.
Se ha debatido intensamente sobre los efectos de la marihuana en la salud y éste sigue siendo un tema muy polémico, probablemente debido a los efectos no sistemáticos de la droga en el individuo y a través de diferentes personas.

Durante algún tiempo la marihuana fue considerada relativamente segura y no adictiva. Sin embargo, en el presente se asocia a múltiples efectos físicos y psicológicos. Desde inestabilidad en el estado de ánimo y depresión, síndrome amotivacional, disminución de la memoria a corto plazo y enfermedades pulmonares.

Según el DSM-IV-R (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales), la dependencia de la marihuana se caracteriza por la utilización abusiva de la misma, con un deterioro sustancial. La dependencia de la marihuana también predispone a los consumidores ante otros problemas psicológicos.

Cocaína

La cocaína es un potente estimulante del sistema nervioso central que produce euforia, alerta y sensación de bienestar. También disminuye la ansiedad y las inhibiciones sociales, incrementando la energía, la autoestima y la sexualidad. Es la droga más utilizada y con mayor impacto social en la actualidad.

La razón básica para comenzar con la cocaína es conseguir placer, experimentar la euforia de encontrarse colocado y compartir la excitación con la compañía de alguien que también la esté utilizando. Pero con el paso del tiempo hay una serie de factores adicionales que contribuyen a que la persona llegue a ser dependiente.

Algunas personas piensan en aliviar la tensión, el aburrimiento o el cansancio. Pronto desarrollarán la creencia de que pueden hacer frente mejor a las frustraciones y al estrés de la vida si pueden consumir durante un tiempo para escapar u olvidar.

Las personas con circunstancias vitales adversas tienen una mayor probabilidad para llegar a ser adictas que aquellas con más fuentes de satisfacción. Además, si se tiene poca confianza en uno mismo se puede considerar que la cocaína refuerza la moral, al menos a corto plazo. Un problema importante es que parece que la droga consigue controlar a los individuos adictos.

Sus objetivos, sus valores y sus lazos de unión pasan a estar subordinados a la utilización de la droga. No pueden controlar su vida con eficacia, pasan a estar sujetos dentro de un circulo vicioso con deseos irrefrenables por consumir, cambios precipitados del estado de ánimo y una mayor angustia, que sólo puede ser aliviado inmediatamente con la utilización de nuevo de la cocaína.