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¿A qué hacemos referencia con dificultades motoras?

Son numerosos los trastornos que pueden afectar a la motricidad, en mayor o menor grado, alterando el aparato motor, de forma permanente o transitoria, a nivel osteoarticular, muscular y/o nervioso. Cuándo hablamos de problemas relacionados con el movimiento, nos referimos a problemas en el desarrollo de la coordinación fina y gruesa (torpeza, lentitud e imprecisión) a los problemas de coordinación viso-motora y de motricidad gráfica, a la falta de definición de las lateralidades (es decir, confunde derecha-izquierda) al trastorno del propio esquema corporal, a la presencia de comportamientos estereotipados, a retrasos de maduración, a la carencia de control sobre la postura y el movimiento voluntario, a falta de organización del movimiento (dispraxia) e incapacidad de realizar correctamente un movimiento (apraxia), a la inseguridad postural y motriz y a la debilidad motriz.

¿Qué beneficios se pueden traer de la terapia?

Muchas de las dificultadas citadas anteriormente, suelen manifestarse en las siguientes señales:

  • Dificultades para aprender a gatear.
  • Empezó a andar después de los 15 meses.
  • Problemas para abrocharse los botones, hacer lazos o coger el lápiz.
  • Problemas de equilibrio (ej. para aprender a montar en la bici).
  • Problemas para hacer volteretas.
  • Problemas con la previsión y la planificación.
  • Problemas con los conceptos de espacio y tiempo.
  • Problemas de atención y concentración.
  • Problemas en el aprendizaje escolar.
  • Mareo por movimiento.
  • Malas posturas.

Cuando se decide trabajar sobre el desarrollo motor y las habilidades relacionadas, se pueden conseguir cambios importantes en la conciencia del propio cuerpo, en la coordinación motora y la seguridad postural, en el control del movimiento voluntario y, por consecuencia, en el comportamiento diario del niño y en su forma de expresar emociones y estados de ánimo.

¿Cómo intervenimos?

En el centro de Psicología PsicoSalud Benidorm creemos firmamente en la importancia de una buena valoración del caso (véase ¿Cómo estimular el desarrollo psicomotor? en Desarrollo motor infantil).

A partir de ella, será posible implementar un programa de intervención en colaboración con su familia para integrar los reflejos primarios latentes y favorecer así su desarrollo neuropsicomotor.

Dicho programa será personalizado y tendrá como finalidad la mejora de las habilidades motoras, visuo-motoras, perceptivas, sensoriales, cognitivas, físicas y sociales del niño, mejorando su coordinación, control postural, equilibrio y motricidad fina (con consecuencias, por ejemplo, sobre la pinza escribana).